El Otoño es una estación que marca cambios muy visibles a nuestro alrededor y en nuestro interior. Cambia el paisaje, los colores, los aromas, la vuelta a las rutinas diarias tan necesarias para mantener el equilibrio. Es mi estación preferida pero realmente es una estación de cambios intensos que al igual que la primavera requieren atención por nuestra parte. Publicaré pequeños textos a lo largo de la estación para que aprendáis poco a poco cositas interesantes. En este primero os dejo un breve resumen del libro «La salud y las estaciones» del Dr. Elson M. Haas, por cierto, lectura muy recomendable y libro de cabecera por excelencia.
Otoño, un tiempo de recolección, de abundancia, de cosechas, pero también un tiempo de preparación para el largo invierno. Guardamos en conserva los excedentes de la cosecha, los frutos secos y semillas.
El comienzo del otoño es el momento perfecto para limpiar el cuerpo, y aligerarnos para comenzar la preparación hacia nosotros mismos, nuestro interior, la familia, el hogar, el trabajo.
Adaptarse a los cambios es la mejor manera de mantener la salud, ya que los cambios son algo inevitable en el universo. Estos cambios se producen en nuestro interior tanto como en el exterior, lo que es fuera es dentro y comprender y aceptar esto es el primer paso para un equilibrio físico y mental.
Las actividades más recomendadas para este periodo son aquellas que nos dirigen a nuestro interior: el baile, yoga, tai chi… Cualquier ejercicio que pueda practicarse en solitario junto con una disciplina regular de respiración y atención interna como meditación o mindfulness, ayudan a empezar cada día en un estado equilibrado.
Para potenciar el proceso limpiador y desintoxicador al principio del otoño podemos ayudarnos aumentando la ingesta de líquidos, como agua, zumos naturales, tés, sopas. Los zumos de las frutas de temporada como manzana y pera, por la mañana y verduras por la tarde y noche como la zanahoria, remolacha, apio.
Las uvas armonizan el cuerpo, actuando como tónicos de los pulmones y el intestino grueso que son los órganos relacionados con esta estación según la Medicina China, y a los que debemos prestar especial atención durante el otoño.
Precisamente el pulmón tiene relación directa con la piel, a la que siempre debemos cuidar, pero en esta estación de manera especial, con tratamientos limpiadores y desintoxicantes, exfoliaciones, saunas, etc… La salud de la piel es muy importante para los pulmones, que junto con el intestino grueso acumulan toxinas que generan mucosidad. Manteniendo una piel sana estaremos previniendo los catarros de cara al invierno .